NOVEDADES

02-04/09/2014

Esta semana hemos comenzado una nueva temporada en Compass, es agradable volver a encontrarte con la familia que has estado una temporada sin ver y comentar las nuevas inquietudes que tienes, pero sobre todo es interesante ver caras nuevas y como la gente se preocupa cada vez más por intentar conocer a su compañero.

Para no hacer dos entradas voy a resumiros lo que ha sido estos dos días:

El primero tampoco tiene mucha chicha la verdad. Pequeña toma de contacto para ver que tal estamos los dos. (En verano desconectamos de todo). Le pedimos atención y concentración, rompemos y jugamos un rato con él, para que recuerde que allí vamos a divertirnos.

Pero el jueves… eso es harina de otro costal… Isra me tenía preparada una pequeña sorpresa.

Al dejar a mi compañero tumbadito como es costumbre, me dice:

- Espérate que voy a buscar a Noor (la pequeña hurón) y vas hacer lo mismo que haga yo con ella.

Os podéis imaginar mi cara, ¿yo trabajando con Isra y Noor los cuatro junto?. No puede ser… Pues sí. 

Para empezar hicimos unas permanencias variando un poquito entre el tumbado, el sentado y el tiempo que estaban en cada posición. Al romper el ejercicio un poquito de comidita, pasitos hacia atrás y rápidamente le mandamos fuss para colocarlo nuevamente en la posición base, para comenzar de nuevo el ejercicio. Madre mía como se apretaba mi compañero y con que presencia se mostraba. Como diciendo aquí estoy yo. La verdad que es una sensación que no se puede describir con palabras.

Y para terminar… una buena sesión de pasos hacia atrás haciendo lo mismo que Isra y Noor, giro a izquierda, giro derecha, parada… la verdad que al principio le costó un poco pero en pocos metros volvió a mostrar su presencia y esos pasos que tanto me gustan cuando se queda en el aire unos segundos como si fuera un caballo trotón.

Terminamos la sesión con su pelota y una sensación de seguir avanzando y haciendo cosas nuevas.

 Han pasado muchos meses para poder llegar a trabajar juntos, pero esos 10, 20 minutos han merecido la pena. La sensación de que tu compañero va contigo sin importarle lo que hay alrededor es indescriptible.