13/05/2014
¡¡¡¡Como me gusta venir a Compass!!!!!
Con el buen tiempo viene mucha más gente y el ambiente es más distendido.
Pero… ¡algo ha debido pasar hoy!,
hay caras un poco largas, Isra se ha puesto serio con Yanira. Conforme vas
aprendiendo más, el nivel de exigencia es mayor y la implicación de Isra
también y, he de reconocer, que él es muy exigente cuando hay un perro de por
medio. Pero, por otro lado, no te va a pedir que hagas algo que el considere
que no puedes hacer o que no hayas visto antes. Dicho de otro manera, es
bastante justo.
Creo que era necesario este pequeño
inciso, para que entendáis que aparte que haya buen rollo y que todos nos llevemos
bien, también se trabaja muy enserio y con mucha implicación por parte de todo
el mundo.
Y ahora, voy al grano, contándoos
el entreno de este martes día 13, día un poco especial para los supersticiosos
aunque a mí no me afecto mucho.
Si habéis leído las entradas
anteriores (que algunos me consta que sí), continuamos con nuestra preparación
para la BH, hoy me toca aprender a contar, andando hacia atrás. Los que
conocéis el reglamento de la BH, sabéis que el sentado y el tumbado, se debe de
hacer entre un número de pasos determinados. Pues de eso se trata, de mecanizar
el número de pasos que tienes que dar para que las ordenes las des siempre en
el mismo paso. ¡Ahí me tenéis!, dando pasos para atrás, pero sin perro y, sin
nada, contando pasos, en este caso mi compañero estaba gozando a la sombrita,
tumbadito en el césped, mirándome y pensando: “Vamos a ver Don José te lo ha
explicado cuatro veces… ¿Cuántas más necesitas?.... Vas andando hacia atrás y
en tal paso te paras. ¡¿No es tan complicado!?”
 |
Foto: Elyseo |
Pero, como era la primera vez que
lo hacía, lo repetí unas seis o siete veces. Cuando ya había reunido el valor
suficiente, me coloco delante de Trosky, el perro que ya se lo sabe… orejas
tiesas (venga, vamos… dime que me levante y vamos a currar un poco).
 |
Foto: Elyseo |
Atendiendo
su petición, salimos con pasitos para atrás y, el ritmo y las sensaciones son
buenas, cuando llegamos a los pasos acordados, nos paramos y él se sienta sin
perder la atención. Volvemos a salir y llega un momento que la actitud del
perro ya no es tan buena, me mosqueo un poco… Pero, me doy cuenta que es porque
se termina el campo y Trosky me estaba indicando: “A ver, si tú te quieres dar
contra la valla de espaldas, ¡muy bien!, pero a mí no me vas a hacer llegar tan
lejos.” En fin, está claro que es mucho más listo que yo…
Hacemos un par de largos del
campo y, como no se puede hacer todo bien. Al terminar, voy andando de frente
tranquilamente y Trosky, que ya se lo sabe, se pone a mi lado y, ¡va súper bien!,
y yo, ¡pues ni caso!
Y cuando llego dónde estaban Javi
e Isra, los dos flipando.
“Pero vamos a ver, tú no te has
dado cuenta que el perro ha ido en fuss desde que has salido. ¡Y no le has
dicho bien ni una vez!”
A lo que sigue:
-Si el perro nos lo regala. ¿¡Qué
hacemos!? Pues lo cogemos y lo aprovechamos.
-Si yo de teoría bastante bien,
Isra.
- Y, ¿por qué no lo haces?
- Porque es difícil… son
muchísimas cosas a tener en cuenta.”
Después de este pequeño diálogo,
hacemos una repetición más y, ahora sí, aprovechamos lo que él nos regala.
Y para terminar un poquito de
pelota que Trosky sabe que es el fin definitivo del trabajo y nos divertimos de
otra manera.