13/03/2014
Todo está listo para comenzar, el
mismo protocolo de siempre, pero… ¡Hoy tenemos novedades!
- Don José, hoy vamos a presentar
el apport a Trosky.
-¿Por qué?, si eso no es
necesario para la BH.
Así que, ahí estamos
presentándole el apport...
Os voy a detallar un poquito como
lo hacemos: el perro se sienta delante y se lo enseñamos, cuando el perro hace
por cogerlo, le decimos “muy bien” y le damos comidita. Parece fácil, ¿verdad?
Pues, ¡no había manera de que lo hiciera conmigo! Trosky miraba para otro lado,
se rascaba, vamos que se aburría más que Carracuca.
Déjame a mí, me dice Isra, le
enseña el apport y el perro lo toca, ¡muy bien!! Vamos que, a la tercera vez,
ya lo coge y lo sostiene durante unos segundos. Ahí tenía que terminar el
entrenamiento, pero como su guía es un poquito zote, pues me empeño en seguir y,
mismo resultado que al principio. Pero, ¡por fin!, una pequeña aproximación que
damos por buena. Un par de repeticiones y damos por finalizada su presentación
del apport...
Queda mucho camino por recorrer
para tener este ejercicio pero, como decimos siempre, “Si fuera fácil lo haría
cualquiera”.
Para continuar aprendiendo y
poder enseñar a Trosky, como tiene que colocarse en el Revier y ladrar, hacemos
el mismo ejercicio que la semana pasada. Pero esta vez no colocaremos el arnés,
solo el collar, la diferencia es brutal, mucho más fácil controlar a mí
compañero. Además, cuando ve que no puede avanzar, se para y no pega esos
arreones incontrolables, que no sabes exactamente hasta donde va a llegar su
boca, con el peligro que eso conlleva para la integridad, en este caso de Isra,
que me cae bien el chaval y tiene que durar muchos años.
Hacemos un par de aproximaciones
al revier. Mi perrito ladra mejor de lo que esperaba, nunca le había visto
hacerlo así. Se sienta un poquito alejado y comienza a ladrar, pero Isra le
hace un sonidito y avanza lo justo para no tocar la cuña, se sienta, un par de
ladridos y se gana la cuña. ¡Olé, olé y olé!, que bonito verlo desde tan cerca.
El perro rectificando su posición, sí, con un poquito de ayuda pero qué bonito;
paseíto y, ¡cómo disfruta de su premio! Muy obediente, Trosky se tumba y suelta
la cuña. Le devuelvo la cuña a Isra con la mano y, ¡menuda bronca que me ha
caído!, se lo tenía que haber devuelto de una patada, tal y como habíamos
hablado.. en fin, es lo que pasa por no escuchar y si queremos hacerlo bien
tenemos que estar más pendientes de estos pequeños detalles. Así que
finalmente, tras una patadita para acercársela a Isra, un par de envíos más y
el perro lo hace bastante bien y yo, mejor que al principio.
Cuando nos queremos dar cuenta
son las nueve y tenemos que dar por finalizado el entreno.
Un poquito frustrado por el
apport, pero a la vez contento porque, ¡vamos avanzando poco a poco!
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