PRESENTACIÓN

Hola amigos del perro, mi nombre es Jose Manuel o “Don Jose” como más tarde me bautizarían mis amigos (familia) de Compass Dog, que es dónde casi todos los martes y jueves voy disfrutar de mi perro Trosky, un Pastor Alemán de tres años.

La verdad que el modo de conocer Compass fue un poco por casualidad o capricho del destino, no lo sé todavía, porque cuando empecé a buscar información sobre dónde aprender y cómo educar al perro, en la mayoría de las páginas web que visitaba aparecía el nombre de Israel González.

Os iré contando las aventuras y desventuras con mi perro, Trosky, un Pastor Alemán de tres años. Ya que gracias a él me sumergí en este mundo del adiestramiento deportivo.

Este blog, no trata de ser un manual de adiestramiento, ni nada por el estilo, podría decirse que será un diario de abordo, el cuál servirá de pequeño homenaje para mi compañero de cuatro patas, parte fundamental del Tamdem “Perro-Guía”.

Espero que os guste.

¡Un saludo para todos!!!!

sábado, 3 de mayo de 2014

VUELTA A LA REALIDAD



27/03/2014

Bueno, bueno... Hoy estamos contentos, tenemos ganas de hacer cosas y de enfrentarnos a retos que hemos intentado y no hemos logrado, ha habido dos entrenos bastante buenos y estamos crecidos.

-Isra, hoy hacemos el Apport.

- Venga, me parece bien.

Así que ahí estamos, el Apport, Trosky y yo. Como la secuencia ya os la he explicado en una entrada anterior, no la voy a repetir. El caso es que lo intenté con todas mis ganas, mi mayor deseo, en ese intervalo de 5-10 minutos que duró el entreno, es que hubiera cogido el Apport. Pero no pudo ser… Isra me da una serie de indicaciones, para que la próxima vez que lo intente las aplique. Colocación del Apport, actitud, etc… Al no querer que Trosky cada vez que vea el Apport salga corriendo en dirección contraria, Isra se pone al mando y limpia el ejercicio consiguiendo en pocas repeticiones que Trosky se aproxime al Apport y vuelva a cogerlo. La verdad que cuando tienes que hacer un ejercicio y por más que lo intentas, no te sale y llega Isra en dos, tres minutos lo hace. Te dan ganas… en fin…

Como no nos podemos ir con este mal sabor de boca, Isra me dice: que al estar Eli, vamos a aprovechar a hacer la presentación al Juez. 

Bueno, algo que no hacemos mal del todo. 

Esta mi compañero tumbado, me pongo a su lado Sitz, Fuss y nos acercamos a Eliseo. Isra a su vez hace lo propio con Noor. Y nos presentamos a Eli. Bueno… parece que hemos hecho algo ¡¡¡Bien!!!, pero cuando parece que todo ha ido bien, Isra empieza a dar comandos a Noor, Sitzs, Platz, Fuss, paseo para acá, paseo para ayá y, cómo es normal, Trosky se desconcierta un poco y yo más. ¿¡Para que vamos hacerlo fácil, si podemos complicarlo!? Ala, otra nueva aproximación a Eli (El juez) e Isra hace la misma historia de antes, pero ya hemos aprendido (aquí o espabilas o te quedas a por uvas), cada vez que Trosky  me presta atención, comidita, pero claro con tanto comando se despista, cuando está atento salimos en Fuss, para romper el ejercicio, un par de veces más y con la saturación de comandos de Isra, el perro ya no hace ni caso ya solo este pendiente de mí (más o menos, para que voy hacer caso a este que habla tanto, si no, me da nada…). Y cuando teníamos que dar el ejercicio por terminado, le digo a Eli que me ayude a una cosa con Trosky. ¡Madre!, para que queremos más… Que si voy a mi bola, que si tal… No me había enterado que teníamos que terminar antes. Hoy estamos sembraos.

Venga, vamos a ver si para terminar hacemos bien la última parte. 

Continuamos trabajando la fase en la que el perro se tiene que sentar y ladrar. Esto la semana pasada el perro lo hizo bien. Yo solo tenía que sujetar la correa, felicitar y poco más, el resto lo hacia Isra y Trosky. Esperemos que sea así.

- Don Jose, te llevas a Trosky lo tumbas y me lo envías.

Yo más feliz que todas las cosas, algo facilito. Le tumbo, le envío, todo bien.

Pero amigo… vamos a pedir un poquito más. Al tener otro revier y que Trosky ya sabe ir a dos revires. (Como dije en la presentación, son tres años enredando).
Isra me dice: le quitas la correa, le tumbas, le dices junto y te le llevas al revier, que se siente, le envías y le dejas que llegue a dónde estoy yo.

-Ok le digo.

El perro está tumbado, me pongo a su lado, le digo “junto” para que nos fuéramos al punto donde se tenía que sentar y el perro me sigue a regañadientes como diciendo, ¡¡pero tío!!, ¿dónde vamos?, ¡que a mí lo que me gusta está en dirección contraria!. Nos acercamos un poco al revier y, como él ya se lo sabe, sale corriendo al revier, gira como nunca le había visto girar, me mira un poco y sale corriendo al revier en el que está Isra. Y pienso… es listo de cojo… si esto hace que no lo hacía diez meses, por lo menos, y lo que había antes era un pelota y ahora esta Isra que le da lo que le gusta ¿cómo no va a correr…?.

Sucesión de errores:
1 Al perro le cuesta mucho ir en junto, porque tira más lo que hay en el revier, que yo y no soy capaz de hacerme interesante para él.

2 El perro sale al primer revier, sin sentarse y sin que se le diga que puede ir.

¿Se puede hacer peor? Pues probablemente sí, pero por suerte no hice nada más mal.

Segundo envío, con mucho más control sobre Trosky, el perro sale en “junto” a duras a penas, llegamos al punto donde se tiene que sentar y se sienta, mirando al revier donde esta Isra, pero se sienta, le señalamos el primer revier y va corriendo, sale de este primer revier y va a buscar a Isra como alma que lleva el diablo. Un poquito mejor. Todavía queda mucho, pero un poquito mejor. Poco a poco.

Al terminar antes, me quedo charlando un ratito con Isra, Eli y Javi, que había llegado hace un rato. Ellos me dicen que no ha estado tan mal, que es muy complicado… y pienso… que quizás hoy no ha estado del todo mal. Era mi estado de ánimo, venía de dos o tres tardes en las que estaba bastante contento con lo que habíamos hecho y quizás me esperaba que hoy fuera como las anteriores. Pero, para avanzar, hay que hacer cosas nuevas y hoy ha habido muchas cosas nuevas. Además como dice Isra “Si fuera fácil, lo haría cualquiera”.
                               Foto: Javier Payno

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